El uso doméstico de la impresión 3D podría reducir el gasto sanitario

El uso doméstico de la impresión 3D y la autofabricación de productos sanitarios, podrán suponer una importante reducción del gasto sanitario actual de la Administración, así como producir un abaratamiento de los procesos aplicados al sector de la medicina. Esta fue una de las conclusiones que se obtuvieron en el taller sobre Impresión 3D llevado a cabo por el Centro Nacional de Tecnologías de la Accesibilidad (CENTAC).

Según Enrique Varela, presidente de la Fundación Tecnología Social, una de las aplicaciones más importantes de la impresión 3D es la impresión social, que permite realizar diseños personalizados de objetos para personas mayores o personas con alguna discapacidad, por ejemplo, prótesis impresas en 3D, productos de apoyo para la vida cotidiana e incluso robótica infantil con juguetes adaptados para niños o mapas en relieve para personas invidentes.
Estamos en el momento de la práctica del DIY (Do it yourself –Hazlo tú mismo-), y más aún si a esto le sumamos unas máquinas de impresión 3D cada vez más asequibles, por lo que Varela recomienda “abrir la mente”, ya que esta tecnología va a beneficiar a todos los sectores productivos.
Varela también destacó la gran labor que llevan a cabo las comunidades de makers y considera que una de las claves de la impresión 3D son los códigos abiertos para que así cada uno pueda personalizar sus diseños escogidos de repositorios de ficheros testados por profesionales. “Además, en España, ya existen, en todas las ciudades, comunidades y talleres de makers donde se transmiten conocimientos y se investigan nuevos diseños para aplicar a la impresión 3D”, asegura Varela.
Juan Carlos Ramiro, director de Accesibilidad de CENTAC, considera que no hace falta ser un experto para poder lidiar de forma cotidiana con la impresión 3D, simplemente es cuestión de dedicarle tiempo para su aprendizaje. Asimismo, considera que la impresión 3D va a permitir cambiar el sistema de trabajo, creación y producción gracias a la polivalencia de usos y su gran nivel de adaptabilidad, de hecho, El Centro de Referencia Estatal de Autonomía Personal y Ayudas Técnicas, CEAPAT, dispone de la primera impresora en 3D de España para uso público.
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